Durante el camino sobre las vias, tuvieron momentos de lluvias, momentos donde el calor se volvia verdaderamente insoportable y cruzaron un par de arroyos que le daban un toque impresionante a el paisaje. El pobre de Gaston fue todo el camino relegado ya que venia con sus bolitas paspadas y ya dejaba de ser una gracias para el pobre Gaston ya que cada vez se agrababa mas su paspadura. En el camino se encontraron un puestito al cosatado de las vias donde vendian Bananas, y estos que estaban a dieta, se comieron todas.
En este trecho del camino, el guia Frank comenzo a comentarles lo cerca que estaban de Machupichu, tal es asi, que desde donde pasaban caminando ya se podian observar en la punta de una de las montañas un sector de las ruinas. En realidad estaban tan lejos que no se veia nada, pero los chicos re emocionados comenzaban a ponerce cada ves mas anciosos.
Ya llegando a Aguas Calientes, comenzaron a aparecer túneles en el medio de la montaña donde atravesaban las vías. En unos de ellos, cuando iban por la mitad, se escucho la bocina de un tren. La oscuridad en los Túneles era total, pero de todos modos llegaron a verse las caras de miedo, y comenzaron a correr como nunca en sus vidas. Algo deben exagerar, pero dicen que ni bien salieron del túnel, apareció el tren. Que estuvieron a segundos de
que el tren los atrapara cruzando el túnel, y que vallan a saber que pasaba. Después de eso, ya arribaron a Aguas calientes, como a las 18:30 hs. Comenzaron a buscar el hostel que en teoría estaba reservado. Como en todo, la teoría dista de la práctica y más en Perú. Así que el guía tuvo que improvisar y consiguió un hostel que no estaba tan mal. Los chicos dieron una vueltas en la ciudad, que por cierto es muy pintoresca, pero un poco cara. Fueron a cenar con el resto del grupo de esta aventura, incluyendo a los porteños, a esta altura compañeros de aventura. Después de eso se fueron a dormir, ya que el día siguiente era el gran día, subirían a Machu Pichu. Ni ellos lo podían creer que faltara tan poco.
que el tren los atrapara cruzando el túnel, y que vallan a saber que pasaba. Después de eso, ya arribaron a Aguas calientes, como a las 18:30 hs. Comenzaron a buscar el hostel que en teoría estaba reservado. Como en todo, la teoría dista de la práctica y más en Perú. Así que el guía tuvo que improvisar y consiguió un hostel que no estaba tan mal. Los chicos dieron una vueltas en la ciudad, que por cierto es muy pintoresca, pero un poco cara. Fueron a cenar con el resto del grupo de esta aventura, incluyendo a los porteños, a esta altura compañeros de aventura. Después de eso se fueron a dormir, ya que el día siguiente era el gran día, subirían a Machu Pichu. Ni ellos lo podían creer que faltara tan poco.
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