Copacabana

Para no variar, bien tempranito el 22-01-08, se tuvieron que despertar temprano ya que comenzaron el viaje que los depositaria en Copacabana, ya en territorio Boliviano. Pero antes de salir del hotel, les llevaron el desayuno a la habitación. Esa es la vida que hacían de mochileros estos chicos. Cuentan que uno de los chicos se pregunto, esta es la vida de mochiles que hacemos?, entonces tiremos manteca al techo .
El compañero de habitación le dijo, es cierto esto es como tirar manteca al techo en Perú. Y de repente lo interrumpió una de las bolitas de manteca que se impacto directamente en el techo. De esa forma, los chicos que tiraron manteca al techo, literalmente. La verdad me comentaron quienes fueron. Solo que se los dejo a su imaginación, solo piensen quienes pueden tener esa idea, si no se les ocurre sigan leyendo.
Cuando los chicos estaban en la Terminal de Puno, se dieron cuenta que esa seria la ultima ciudad peruana en la que estarían, así que decidieron gastarse todos los soles (moneda peruana) que les quedaban. Están los que se les dio por comprar todo tipo de golosinas (Pauli?), otros que se les dio por comprar algunos gorros y bufandas que por cierto no creo que vuelvan a usar en toda su vida, y esta el Luchi que le quedaban como 300 soleas así que se tuvo que guardar algunos por que no había forma de gastárselo a todos en chucherias.
Todos coincidieron al contar, que en el viaje hacia Copacabana, el Luchi y el Jo estaban insoportables (habrá sido por como se levantaron?), le sacaron foto a cualquier cosa y para colmo hablaron boludeces como si fueran unos niños, además de no acusar el cansancio. Una vez que llegaron a la frontera, que por cierto cruzaron caminando. Les llamo la atención que el control fuera mínimo. Solo les pidieron los pasaportes para poner el sello, pero de revisar los bolsos, ni cerca. De esa manera los chicos abandonaban el Perú, que tan bien los había tratado.
Ya en tierras bolivianas, dicen que se percibía algo distinto en el ambiente, como que la gente era diferente. Tenían otro humor, ya no eran tan simpáticos como en Perú. Sin darse cuenta llegaron a Copacabana. Una ciudad chiquita a orillas del Lago Titicaca, pero del lado Boliviano. Consiguieron rápidamente un hostel, que estaba en el centro de la ciudad, a dos cuadras de las orillas del Lago y para el otro lado, a dos cuadras de la Plaza de Armas, si en Bolivia seguían existiendo. Fueron a comer a un barcito, bastante sencillo, pero la comida era muy buena.
Después, un grupo se fue a dormir la siesta; mientras el resto recorría la ciudad. En el camino se encontraron con una imponente construcción, llamaba demasiado la atención lo distinta que era al resto de la ciudad. Era una Iglesia, pero que de un tamaño
impresionante. Después se enteraron que esta entre las cuatro o cinco Iglesias más grandes de América. Estos chicos son unos despistados, no tienen idea por los lugares que anduvieron. Después de recorrer las tiendas y comprar algunos regalos, decidieron ir a tomar unos mates a orillas del lago. En eso, José y Gastón decidieron encarar el cerro que estaba en las orilla del lago, estaba bastante dura la subida y mas después del cansancios que traían acumulado.

Cuando iban por la mitad, se frenaron por que era impresionante la tormenta que se venia. Pero la vista que tenían desde ese lugar, dicen que es impresionante. Se veía toda la orilla con los barquitos, el cielo estaba oscuro y se veía atravesado por los rayos del sol. Dando una gama de colores que valió la pena, según ellos.
Ya en la horilla del lago, se juntaron todos nuevamente a tomar unos mates. Luciano y el Jo, como estaban un poco inquietos salieron corriendo nadie sabe para donde y de pronto aparecieron dentro del lago Titicaca en un kayak. Estos dos colgados se dieron el gusto y se dieron una vueltas por el Titicaca entre todos los barquitos que había en las orillas. A todo eso la tormenta ya había llegado, y se fueron a un barcito en la playa a tomar unos mates, jugar cartas y apreciar esos paisajes que inspiraban paz y admiración.
Ya por la noche, fueron a comer al mismo barcito en el que almorzaron. Vieron el partido de River vs Racing. Después se quedaron con las ganas de ir a bailar a algún boliche, ya que en la ciudad no había mucha joda. Se ese modo se fueron a dormir tempranito. Dicen que al igual que en Puno, por la noche refrescaba bastante.