24 de agosto de 2008

Salar de Uyuni

Finalmente el 26-01-08 llegaron a las 5: 30 hs a la ciudad de Uyuni. Cuando bajaron del colectivo, se miraban sin entender como habían llegado a ese lugar por que la verdad que el viaje había sido toda una odisea. Según ellos, nadie va a entender como fue ese viaje. Cuando bajaron del colectivo, se encontraron con una persona que les ofreció rápidamente contratar la excursión, sin dudarlo cerraron el trato definitivamente.
La excursión al Salar comenzaba a las 10hs así que tenían un rato libre para conocer la ciudad, que todavía estaba dormida a esas horas. Esa misma tarde cuando volvían del salar los chicos querían partir rumbo a Villazon. Así que se pusieron en campaña para conseguir pasajes, pero lo único que había disponible era el tren y tenía pasajes para dentro de una semana. Los chicos no sabían que hacer, por que los únicos colectivos que estaban andando por las condiciones de los caminos iban hacia Potosí, pero alargaban demasiado el viaje, eran como 20hs en colectivo. Y ya a esa altura estaban cansados de andar arriba de un colectivo. Fue en ese momento que se enteraron que había unas 4x4 que los acercaba a Tupiza, una ciudad muy cercana a Villazon y que desde hay había colectivos sin problemas. Así que se decidieron y contrataron la 4x4 que en teoría si no llovía más salía a las 18hs. Mientras que ellos llegaban a las 17hs desde el Salar.
De ese modo empezaban a coordinar de apoco el desenlace del viaje. Se fueron a desayunar a uno de los mejores lugares que cruzaron en toda Bolivia. Después de ahí, se fueron a dar una vuelta por la ciudad, que era bastante pintoresca, y estaba llena de turistas que iban a recorrer el Salar. Para matar un poco el tiempo, mientras recorrían la ciudad decidieron sentarse en la plaza de la ciudad. El problema fue cuando Gastón se acordó que en la mochila tenia un vino tinto que había sobrado del asado en la Isla del sol. Los chicos que ya distaban bastante de sus cabales normales, teniendo en cuenta que no habían cenado mas que unos pedazos de pan, se prendieron al vino para aliviar un poco el cansancio, mientras la gente los miraba con asombro, ya que eran como las 9:30 hs y estos estaban tomando un vino en la plaza de Uyuni. Después de eso se acercaron a la agencia de turismo para iniciar la excursión. En una 4x4 empezó la excursión que como primer destino tenia el cementerio de trenes.

Los chicos pensaron que era una cagada. Pero ese cementerio es uno de los más importantes de Sudamérica. Y cuando llegaron al lugar les salio el niño que llevan adentro y comenzaron a trepar a todas las maquinas viejas y demás, la verdad que la pasaron bien de todos modos. Después de ahi, emprendieron el viaje hacia el Salar de Uyuni. Y luego de andar por unos caminos de tierra se comenzaba a ver una gran extensión blanca. En un momento se detuvieron en unas casitas, resultaron ser el nombrado Museo de Sal. En ese lugar estaba toado absolutamente todo hecho de sal. Las paredes, los bancos, los adornos; lo que uno se imagine estaba hecho de sal. La verdad que es impresionante. El único detalle es que les cobraban por querer entrar a las casas y demás. Pero estos chicos no por algo son Argentinos, así que se las rebuscaron para ingresar gratis a las construcciones de sal.
Continuaron avanzando en la inmensidad blanca, y se enteraron que el salar estaba inundado. Por dentro pensaron, que cagada. Ellos aseguran, que sin dudas el salar seco debe ser un lugar impresionante. Pero verlo inundado es una cosa que no tienen nombre, inexplicable. La verdad que no entendían como existía un lugar así.
La 4x4 comenzó a meterse en el medio del salar cubierto por unos 15cm de agua. No terminaban de apreciar la belleza de ese lugar, es un espejo perfecto que refleja por completo el cielo, y hay un momento en el que no se ve el horizonte, se pierde totalmente la noción del espacio. Esta perfectamente reflejado el cielo en el agua, no tiene ni olas y uno llega a confundir cuales son los verdaderos limites. Luego de andar unos 25 minutos en el medio de ese espejo perfecto, comenzaron a ver algo, que perturbaba esa perfección. Era el hotel de sal, cuando llegaron al hotel, se detuvieron a almorzar en unas pilas de sal que había en las cercanías del mismo. La verdad que es un lugar mágico. Dicen que se pierden las nociones de la distancia y el espacio. Para bajarse de la camioneta, les pidieron que se sacaran las zapatillas y se arremangaran con mucho cuidado los pantalones, por que dicen que todo lo que toca esa agua lo destruye, imagínense lo salada de esa agua. Es un verdadero paraíso. Después de caminar un rato y observar anonadados ese lugar comenzaron el regreso hacia la ciudad de Uyuni donde los esperaba una 4x4 para llevarlos hasta Tupiza.
Cuando se bajaron de la 4x4 se dieron con que tenían los pies blancos, una vez que se les secaron quedo a la vista la sal que se les había impregnado. Para limpiarse se lavaron en el agua que se había acumulado en el cordón de la calle, son unos indios.
Después se fueron al lugar donde debía partir la 4x4. Nuevamente, tenían planeado viajar toda la noche, así que fueron a comprarse algo para cenar que fuera mejor que los panes de la noche anterior. La verdad que me da un poco de lastima cuando pensar en lo que cenaron, esta vez cenaron macitas opera con agua mineral. No entiendo como estos chicos hicieron tantas cosas estando tan mal alimentados. Pero ellos cuentan, que en ese momento tenían plata todavía, pero que por más que uno tuviera plata, no había forma de conseguir cosas mejores. Sin ofender a nadie, pero como hacen a vivir los Bolivianos.
Dicen que ahora comienza la otra gran hazaña, el viaje de Uyuni a Tupiza en 4x4. Cuando se pararon al lado de la camioneta, ya les llamo la atención el estado en que se encontraba. Pero bueno mucho drama no se hicieron. Se entraron a preocupar, cuando se dieron cuenta que en una 4x4 y no de las más grandes iban a viajar 10 personas con sus respectivos equipajes.
Valla a saber como pero dice que entraron todos en esa camioneta y que no se rompió. Que obviamente no iban de lo más cómodo pero iban. Cuando comenzaron el viaje comenzaron a preguntarle algunas cosas sobre el recorrido al chofer. Dicen que les dijo que no era muy complicado, eran 220 Km que si no había ningún inconveniente se hacían en 10 hs. Que tenían que cruzar cuatro ríos bastantes caudalosos, y que esperaba que no lloviera por que sino se complicaba aun más el camino.
Después de lo que les contó el chofer, se les hizo un pequeño nudo en la garganta, pero que ya no había vuelta atrás. Lo único que agradecían era que no estaba todo el grupo junto. Valla a uno a saber por que. A esta altura, cuando se dieron cuenta, estaban frente al primer río. Se veía un gran puente, pero construido en el sentido que corría el agua en el río. Algo que no se pudieron terminar de explicar. Cuando se acercaron al río, el chofer en ves de subir por el puente, se tiro a un costado, y se metió en el medio del cause del rió. Gracias a dios venia con muy poco agua, pero el cause era muy hondo. No se explicaban como lo cruzarían si venia un poco más de agua, esos son detalles que por suerte hasta ahora no les había tocado vivir. Continuaron el camino, por el medio de la nada, entre las montañas y por un camino de tierra que no estaba tan malo como les habían comentado. Cuando se termino de hacer de noche, ya no se veía nada, para suerte de los chicos, se le quemaron las luces a la chata y no se veía absolutamente nada, más que una luz que gracias a dios no parecía estar a más de 700 metros. A oscuras totales y con la cabeza por la ventanilla siguió el chofer hasta la lucecita esa que se veía en el camino. Pero antes de la lucecita casi se da vuelta la camioneta por que las vanquinas eran bastante profundas y obviamente el chofer no veía por donde iba, así que a los volantazos limpios pero seguía la marcha. Cuando llegaron al lugar donde estaba la luz, parecía una despensa, el chofer se bajo rápido y desapareció en la oscuridad del lugar. Después de una media hora, los chicos encontraron al chofer, que muy preocupado estaba tomando una cervecita. Los chicos pensaban esta loco este tipo, con las luces quemadas y tomando cerveza, no había forma de seguir con el viaje.
Por suerte para los chicos el chofer cambio un fusible y las luces volvieron a su normalidad, aunque dejaban mucho que desear como luces de una camioneta. Cada ves la situación se ponía mas tensa, en lo oscuro de la noche, lo único que se veían eran unos tremendos refucilos que por momentos iluminaban por completo el camino. Así continúo el camino, por suerte para algunos se juntaron tres camionetas para realizar el camino por completo. Ya para esa altura, se encontraban a instantes de comenzar a cruzar el segundo río, que no era tan profundo, pero era más ancho y con un poco más de caudal que el anterior. Se miraron antes de entrar al rió y contuvieron la respiración hasta que salieron del otro lado y respiraron un poco mas tranquilo. Después de cruzar ese río comenzó el gran problema de este viaje, el chofer empezaba a cabecear, si a quedarse dormido. Y para contrarrestar los efectos del sueño, tomaba coñac mientras mascaba coca. Los chicos miraban asombrados como el tipo saco un petaca y empezó a tomar sin asco. Una verdadera locura, imagínense un tipo con sueño, chupando como un condenado y manejando a media luz por el medio de los precipicios.
A todo esto yo me los imagino a estos tres paisanos uno mas cagado que el otro, pero tratando de que se note lo menos posible, unos verdaderos valientes.
Ya como a las 23hs estaban un poco artos del camino, imagínense hacer 220km en nueve horas un verdadero martirio. De a ratos se les cruzaba por la cabeza, gracias a dios que no estaban todos juntos. Por donde andarán los demás. Estarna mejor que nosotros, todas esas son preguntas que se les cruzaban a los chicos por las cabezas, mientras continuaban con el tenso viaje. Sin darse cuente, la camioneta comenzó a atravesar unos caminos verdaderamente angostos que a sus lado dejaban percibir la presencia de unos interesantes precipicios. En un momento, uno de los pasajeros, le pregunto al chofer, de que era ese olor a nafta. Dicen que el resto de los pasajeros asintieron a la pregunta con demasiado interés. Pero que el chofer respondió sin ningún problema, “en las curvas siempre pierde un poco de combustible”. Como para tranquilizar a los pasajeros que no hacían otra cosa que cruzar miradas tratando de encontrar tranquilidad en algún lado. Fue en ese momento, ya pasada la media noche, que el Luchi prendió los parlantitos como para tratar de cortar ese silencio tan tenso que se generaba. Así que empezaron a cantar un poco y cuando se quisieron acordar habían llegado a Tupiza. Todavía no se explican como hicieron a pasar esos caminos con un chofer completamente mamado e inconciente, pero ese viaje fue tan impresionante e impactante que dificulto que se lo puedan olvidar alguna vez. De repente se encontraron a las 2:30 de la mañana en un pueblito, Tupiza, en donde no había absolutamente nada. La Terminal abría recién a las tres de la mañana y que ellos consiguieron pasajes a las 4hs para ir hacia Villazon. Era un viaje relativamente corto, unos 160 Km. Pero todavía podían pasar cosas que los sorprendieran. Como para continuar con las cosas raras de Bolivia, cuando ellos subieron las mochilas al colectivo, al lado de ellos una señora acomodaba a sus gallinas (aclaro por las dudas, estaban vivas). A todo esto, los chicos estaban sin dormir, mal comidos y ya con un cansancio acumulado interesante, sus caras estaban completamente desfiguradas del cansancio. Dicen que el olor que había en el colectivo es indescriptible. El viaje recién comenzaba y gracias a Dios los chicos pudieron dormirse rápidamente. El Jo que en un momento sentía a alguien que se quejaba y se despertó. Era Gastón que estaba entrando en una crisis de nervios, y quería matar a todo el mundo. No aguantaba más los olores y además el colectivo estaba parado en el medio del camino hacia como dos horas. Dice el Jo que no había forma de tranquilizarlo. Después se enteraron que estaban esperando que bajara la corriente de un río. Para que, ya no había forma de contener a Gastón. Ya se estaban poniendo demasiados ansiosos por llegar, el cansancio era demasiado y las comodidades eran muy poca. Por suerte, al ratito empezó a moverse el colectivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

holaa Jo... creo que ése fyue el día que más sufrieron.. la verdad que yo me hago la misma pregunta!!! que hubiera pasado si estábamos los 9 ahí?? una locuraa.. menos mal que no estábamos todos.. por algo se dan las cosas , y fueron ustedes 3 solos.. porque se lo podían bancar..
Que vivencias... un viaje inovidable.. y esos viajes en 4x4 ni te cuentoo..jajaa
Que bueno que llegaron bien.. dios los quiere..jja
Te dejo un beso grande!!!
Espero que estés muy bien!!1
cuidate



Flor